3 razones inolvidables para estar orgullosa de tu pueblo

3 razones inolvidables para estar orgullosa de tu pueblo

Amiga, si tú también eres de esas que cuando ven el cartel de su pueblo ya empiezan a sonreír… este post te va a dar justo en el corazoncito. Porque hay cosas que solo entendemos quienes hemos crecido con las campanas marcando la hora, con la vecina que lo sabe todo (pero que no es cotilla, según ella), y con ese olor a campo, a pan de verdad y a ropa tendida al sol.

Y sí, cada pueblo es único. Pero el tuyo (y el mío) son de esos que dejan huella… y tienen aroma propio y personalidad. Estoy segura.

Y claro, yo, como buena amiga, no podía no contarte esto. Porque en Loes nos hemos propuesto una misión: embotellar lo que se siente al ser de pueblo. No es magia, aunque lo parece. Son aromas que te acarician la memoria. Y aquí van 3 imprescindibles, 3 razones por las que ser de pueblo es lo mejor del mundo:

Pasar las tardes en el pueblo

Tal cual. Este aroma es como poner una silla en la puerta de tu casa y sentarte a ver pasar la vida. Huele a flores, pero transmite niños en bicicleta y a esa calma de después de comer que no se compra ni en el mejor spa.

Pones Las tardes en el pueblo en casa y de repente todo va más lento. Y mejor. Es como si el aire te dijera: “relájate, que estás en tu sitio”.

Esa sensación de Sentirnos en casa

Tú sabes de lo que hablo. Ese momento en el que abres la puerta y ya sabes que estás donde tienes que estar. Con gente que te quiere, comida rica esperando y cero ganas de mirar el móvil.

Sentirnos en casa huele a eso. A frutos rojos y calma. A la colcha que te hizo tu madre. A sofá mullido, a sobremesa, a charla sin filtros. Es el olor del hogar de verdad, del que te hace bajar los hombros sin darte cuenta.

Te lo juro, este aroma es como un abrazo de esos que te recomponen el alma. Y encima dura más que una conversación en la plaza.

Las noches de verbena son un HIT

Aquí es donde nos venimos arriba. Porque Las noches de verbena es un pedazo de plan: luces de colores, canciones que te sabes desde pequeña, y ese alguien que siempre aparece cuando suena la lenta.

Es floral, sí. Pero también es descarado, divertido y elegante. Como esa noche que te arreglaste “solo un poco” y acabaste bailando hasta con la señora que lleva el bar. Es el aroma ideal para cuando el pueblo se pone guapo por la noche. Y tú también.

Si me preguntas, este es el que tienes que poner cuando tengas ganas de bailar sin moverte del salón.

Y tú, ¿tienes un pueblo único ?

Venga, cuéntamelo. ¿Qué tiene el tuyo que lo hace tan tuyo? ¿La fuente donde ibas a llenar garrafas? ¿La panadería que abre antes que el sol? ¿Las meriendas con higos que sabían a gloria?

Déjalo en comentarios. Que yo quiero saberlo, y seguro que muchas personas más también. Porque al final, los pueblos son recuerdos con nombre propio. Y en Loes los convertimos en aromas para que nunca se te olviden.

Así que ya sabes: si quieres que tu casa huela como ese lugar donde fuiste (y eres) feliz, aquí estamos. Sin complicaciones. Solo olores que cuentan historias.

Y si te animas, te lo pongo fácil: tú elige el aroma, y yo te digo cómo y dónde usarlo. Que para eso están las amigas, ¿no?

tus comentarios nos ayudan y, además, Nos encantan.

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