De un recuerdo al mundo entero. Así nacen los aromas de Loes
- Publicado por:
- Víctor Portero
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Amiga, este es el principio de todo
Así lo recuerdo. Amiga, ¿alguna vez has olido algo y te ha transportado a un momento exacto de tu vida? Como ese día en el campo con tu abuela, el olor a su delantal con suavizante, o ese perfume que te ponías para salir los viernes por la noche en las fiestas de tu pueblo. En D’Arome, esa es la magia que intentamos embotellar con cada nuevo aroma de Loes. Y como sé que te encanta saber el detrás de cámaras de las cosas bonitas, hoy te cuento cómo nace un aroma desde cero. Como si fuese un secreto entre hermanas.
Todo empieza con un recuerdo... o un olor
A veces, de repente, olemos algo y ¡pum!, nos viene un recuerdo. Como si se abriera una puerta secreta en la memoria. Otras veces es al revés: nos acordamos de un momento súper concreto y pensamos “¿y si lo pudiéramos convertir en aroma?”
Ahí empieza la búsqueda. Probamos, combinamos, nos volvemos un poco locas (en el buen sentido) hasta dar con esa mezcla que te haga decir: “Ay, esto me huele a mi infancia”, o “esto es igualito al perfume de mi madre en verano”. Y cuando damos con él, créeme, se siente como cuando encuentras el vestido perfecto sin buscarlo y dices "esto es para mi".
Después la historia y el nombre
Cuando ya tenemos claro el aroma y lo que nos hace sentir, toca ponerle nombre. Pero no cualquier nombre. Uno que tenga alma. Que diga sin decir. Que abrace todo lo que ese olor cuenta.
Es como ponerle título a un capítulo bonito de tu vida. Y nos lo tomamos muy en serio. Pensamos en cómo suena, en lo que transmite, y en si tú, al leerlo, vas a entender justo lo que queremos decir. Así nacen nombres como "Los mimos de mamá" o "Flores en el pelo".
El diseño toma forma
Con el nombre ya elegido, llega la parte creativa: el pictograma, los colores, los detalles del envase, los formatos en los que saldrá todo. Y todo, amiga, tiene su por qué.
Por ejemplo, ¿sabías que el aroma a bizcocho de naranja de Una pizca de cariño no existe como spray para tejidos? Pues porque pensamos que, aunque huele de maravilla en casa, no todo el mundo querría que su ropa oliera a bizcocho (aunque, entre nosotros, yo sí lo querría). Cada decisión tiene detrás horas de charla y muchas tazas de café (y té matcha que está muy de moda ahora).
Fabricación, llegada y conexión
Cuando ya está todo decidido y el aroma tiene forma, nombre, color y sentido, lo mandamos a fabricar. Y luego lo esperamos con nervios e ilusión. Una vez que llega al almacén, lo que hacemos es compartirlo con todo el equipo. Que lo huelan, lo vivan, lo entiendan.
Queremos que todos puedan contarlo desde la emoción, desde ese lugar que conecta con la historia. Porque si lo contamos desde lo que sentimos, tú también lo vas a poder sentir. Ahí está la diferencia.
Y entonces… lo compartimos contigo
Y ahora sí, lo lanzamos. En redes, en nuestra web, en nuestras tiendas. Con todo el cariño, con todas las ganas, con esa sensación de estar compartiendo un secreto bonito con gente a la que adoras.
Lanzar un nuevo aroma no es “una novedad más”. Es decirte: “Oye, mira lo que hemos creado pensando en ti, en nosotras, en lo que sentimos cuando olemos algo bonito”. Nuestros aromas son un "hace tiempo me pasó esto y quiero compartirlo contigo por si a ti te pasa y te puedo ayudar a sentirlo mejor". Eso es Loes.
Porque al final amiga...
Un aroma no es solo un olor. Es una emoción. Una historia. Un lugar donde volver. En D’Arome queremos que cada vez que abras un frasco de Loes, sientas que alguien pensó en ti, en tu memoria, en lo que te hace sonreír sin darte cuenta.
Así que la próxima vez que te pongas una bruma o enciendas un difusor, ya sabes todo lo que hubo detrás. Y si ese aroma te hace pensar en algo bonito, entonces, ya hemos cumplido con nuestra misión.