5 trucos brillantes para que tu casa huela bien al volver de vacaciones
- Publicado por:
- Ana Belén Lorenzo Escobar
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Todo tiene solución
Amiga, lo sabemos. Volver de vacaciones no siempre es tan guay como suena. Sí, traes la piel morena, la maleta cargada de recuerdos y el carrete lleno de fotos muy cuquis… pero abres la puerta de tu casa y ¡bam! Te recibe ese olor a cerrado que no tiene nada que ver con el aroma a hogar que tanto te representa. La buena noticia es que poner tu casa a punto es mucho más fácil de lo que crees. Te cuento 5 trucos brillantes para que tu vuelta sea más suave, práctica y hasta bonita. Y al final descubrirás cómo darle el toque definitivo para que tu hogar te reciba de verdad.
Ventila como si tu casa respirara contigo
El primer paso puede parecer básico pero es el más necesario: abrir las ventanas. Cuando una casa lleva días cerrada, el aire se estanca y aparecen olores que no representan la esencia de tu hogar. Dejar que circule aire nuevo es como resucitar tu casa.
Lo ideal es abrir ventanas en lados opuestos para crear corriente y que el aire se renueve en minutos. Y no te preocupes si es invierno, con diez minutos es suficiente para que se note la diferencia.
¿Mi consejo de amiga? Aprovecha ese ratito para sacudir cojines, mantas o alfombras ligeras. Es como hacer limpieza exprés sin esfuerzo, porque el aire fresco se lleva consigo el polvo y las partículas que se acumularon mientras no estabas. Te sorprenderá cómo cambia el ambiente.
La nevera mejor sin sorpresas
La nevera es la primera trampa al volver de vacaciones. Seguro que más de una vez has abierto y te ha recibido un olor nada agradable. Es normal: los alimentos olvidados evolucionan rápido cuando no estamos.
Haz una limpieza rápida: revisa lo que caducó, tira lo que no se puede aprovechar y limpia baldas y cajones con un poco de agua tibia y vinagre. Así eliminas olores y bacterias de una vez. Además, el vinagre no deja residuos químicos y es un desinfectante natural ideal.
Eso sí, antes de irte de vacaciones, intenta dejar la nevera vacía. Y al volver, compra algo fresco como frutas, yogures o pan para arrancar la rutina con energía. Créeme, desayunar bien el primer día de vuelta marca la diferencia.
Ropa limpia y mente tranquila
Dormir la primera noche con sábanas limpias es el equivalente a un abrazo. Después de días de viaje, tu cuerpo pide descanso, y hacerlo en ropa de cama recién lavada, es un regalo. No hace falta que te obsesiones con lavar toda la maleta el mismo día, pero sí es recomendable empezar por lo esencial: sábanas, toallas y alguna prenda básica. Eso te dará sensación de control y de que todo va volviendo a su sitio. Mi consejo es que si no tienes tiempo para lavadoras el mismo día que llegas, ten un juego de sábanas limpias preparado de antemano. Llegar, poner la cama y dormir como una reina es un placer que agradecerás.
Orden y calma
El desorden genera estrés, aunque no siempre seamos conscientes. Y volver a casa con maletas, bolsas y mil cosas repartidas puede hacerte sentir que el descanso se acabó demasiado pronto.
La solución más sencilla, o al menos la que mejor me funciona a mi, es un orden exprés. No necesitas dejar la casa perfecta, solo despejar un poco. Guarda la maleta (aunque esté por deshacer, ya habrá tiempo), recoge cargadores, souvenirs y papeles, y coloca lo básico en su sitio.
Pon tu música favorita mientras lo haces. Convertir la rutina en un momento divertido hace que no lo vivas como obligación. Y cuando te sientes después en el sofá, con todo recogido, tendrás esa sensación de paz que tanto necesitabas.
El toque final: un mikado
Y aquí está la joya de la corona. Porque puedes ventilar, limpiar y ordenar… pero si tu casa no huele bien, no se siente hogar.
Los mikados son perfectos para darle ese aroma constante que transforma la sensación de cualquier espacio. Colocas las varillas, eliges el lugar, y de forma lenta y continua, el perfume va llenando tu hogar. No tienes que preocuparte de nada más. Incluso puedes dejarlo puesto antes de irte de vacaciones para que, al volver, tu casa siga oliendo como siempre.
Lo bonito de los mikados es que se adaptan a cada persona. Puedes elegir aromas frescos y cítricos para alargar la sensación de verano, florales para dar alegría a tu salón o más dulces y cálidos si lo que buscas es sentirte arropada.
Yo te recomiendo que coloques el mikado en la entrada. Así, lo primero que sentirás al abrir la puerta será ese olor tan tuyo, que convierte la vuelta en una bienvenida. Es un detalle pequeño, pero cambia por completo cómo percibes tu casa.
Empieza la rutina
La vuelta a casa no tiene por qué ser dura. Ventila, limpia lo justo, lava lo esencial, ordena un poco y, sobre todo, regálate el placer de un mikado de Loes.
Porque no es solo que la casa huela bien, es que se sienta tu refugio, tu espacio seguro, ese lugar que de verdad te abraza después de las vacaciones.
Amiga, cuéntame: ¿qué es lo primero que haces tú al volver de vacaciones? ¿Eres de las que deshace la maleta al momento o de las que la esquiva como si no existiera?